
Nació cerca de un volcán de fuego, en el occidente de México. Desde muy temprana edad, sus habilidades artísticas y sensoriales eran notorias; sin embargo, fue hasta la adolescencia cuando descubrió que aquello que veía y sentía durante su infancia, nadie más lo experimentaba.
Fue criado en una familia en la que los vivos y los muertos podían compartir la misma mesa o transitar sin dificultad por el huerto trasero de la casa de su abuela materna.
Arquitecto, artista plástico, diseñador virtuoso y afortunado participante en diversos concursos —que solía ganar con facilidad—, entre los que destacan los de carteles conmemorativos, diseño de vestuario, arquitectura, mobiliario, escultura y pintura, entre otros.
Se dedicó al diseño arquitectónico, la construcción y la docencia universitaria; ejerció como artista plástico y galerista, mientras seguía viendo cosas en las personas y resistiéndose a utilizar sus dones de médium y canalizador.
Fundó una clínica holística, donde inició su práctica de canalizaciones individuales de forma continua. Algún tiempo antes había realizado ejercicios de psicoescritura, actividad que le servía tanto para resolver asuntos cotidianos como para ayudar a un reducido grupo de amigos que lo consultaban. Su vida se volvió un circo de cinco pistas debido a la diversidad de actividades que realizaba.
Una mañana, en su galería de arte, durante una canalización grupal, recibió la indicación de sus tres amigos —como él los llamaba— de permitir que lo firmaran. A partir de entonces, a través de las redes digitales, el número de visitas a dichos videos aumentó de manera considerable y constante.
Esto permitió a Víctor Ayala y a sus colaboradores viajar a diversas ciudades de México y del mundo, llevando un mensaje sencillo y profundo sobre el despertar de la consciencia, acompañado del singular sentido del humor que caracteriza a Los Tres Guías.

El puente entre el mundo físico y el espiritual
La mediumnidad es la capacidad de comunicarse con entidades de otros planos existenciales. Este don permite que los médiums actúen como verdaderos puentes entre el mundo material y el espiritual, facilitando mensajes, orientación y guía a quienes buscan respuestas y comprensión más allá de lo visible.

Ser médium significa poseer la capacidad de actuar como un canal entre el mundo físico y las dimensiones espirituales. A través de esta habilidad, los médiums facilitan la comunicación entre los seres humanos y las entidades no corpóreas, como los espíritus de personas fallecidas o los guías espirituales. Esta facultad puede manifestarse de diversas maneras, entre ellas la clarividencia (percepción visual de entidades espirituales), la clariaudiencia (recepción auditiva de mensajes del plano espiritual) o la psicometría (lectura de información energética a través de objetos).
Los médiums desempeñan un papel fundamental al brindar consuelo y comprensión a quienes buscan cerrar ciclos emocionales o espirituales. A través de ellos, se facilita la transmisión de mensajes y señales que ofrecen una perspectiva espiritual capaz de impulsar el crecimiento personal y la sanación emocional. La mediumnidad, por tanto, no es solo una habilidad, sino también una valiosa herramienta de acompañamiento en procesos de transformación y duelo.